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Foto del escritorDr. Ricardo Véjar Vacas

Vicariación


Es obvia la forma en que puede observarse el tránsito de toxinas de un tejido a otro y de una fase hacia otra, Los médicos tratan estas enfermedades como si fuesen entidades completamente diferentes, aunque no son más que representaciones de la misma lucha del organismo contra las homotoxinas. Si  no se reconocen estas relaciones oportunamente, el resultado se traduce en tratamientos equivocados, en efectos colaterales indeseados, en daños terapeúticos o iatrogénicos etc.


Una amigdalitis suprimida mediante drogas químicas durante el normal desarrollo de la inflamación, inducirá una vicariación progresiva hacia una fase más grave como puede ser la de una agranulocitos (fase de impregnación) o incluso una leucemia (fase de degeneración). Este transito de una enfermedad relativamente leve (la tonsilla o amigdalitis,) expresión clásica de lo que es una fase de reacción, a una fase degenerativa mucho más peligrosa (leucemia) es lo que llámanos vicariación progresiva.


El proceso inverso, o sea el transito de la leucemia como fase de degeneración a un estado o fase menos grave o sea a la amigdalitis (o hacia cualquier fase de reacción), es lo que llamamos la vicariación regresiva.


Las peligrosísimas vicariaciones progresivas son inducidas por métodos no biológicos o por drogas que suprimen las manifestaciones normales de la enfermedad. En otras palabras las vicariaciones progresivas son la resultante de haber frustrado al organismo en su intento de autodefenderse. Este intento que lo exterioriza el cuerpo mediante una inflamación, por ejemplo, queda aniquilado al suprimirse la misma con antiinflamatorios. Lo mismo sucede cuando se suprimen excreciones patológicas o fisiológicas, tales como la menstruación, los flujos, la transpiración, etc.


Las vicariaciones progresivas, biológicamente peligrosas, aparecen haciendo un transito hacia la derecha y/o hacia abajo, mientras que las vicariaciones regresivas, biológicamente favorables, aparecen haciendo su transito hacia la izquierda y/o hacia arriba. EL médico debe formarse un cuadro exacto de la situación de fase y estimar la situación biológica de su paciente. EL puede llegar a hacerle un grave daño al paciente al suprimirle la inflamación o la gripe etc., mediante el empleo de tabletas de ácido acetilsalisílico o con fenibutazonas, pizalonas, antibióticos etc.


Las enfermedades son expresiones del cuerpo manifestando que se encuentran librando una batalla para recobre el equilibrio perdido, son reacciones biológicas orientadas hacia una meta específica. Las inflamaciones son la expresión de reacciones generales de detoxicación. A causa del efecto homotoxico, todas y cada una de las fases de una enfermedad, forman un proceso de reacción unificado, manifestado y cambiante a través de las diferentes fases. Si se bloquea el proceso normal de detoxicación con el cual nos ha dotado la naturaleza, las homotoxinas, a la larga se harán presentes en otros tejidos de diferentes orígenes embriológicos de donde será mucho más difícil desalojarlas. Aclarando u entendiendo lo anterior, podemos pasar a analizar el mecanismo de las alergias, el cual se encuentra íntimamente relacionado y entrelazado con este tema.


Etimológicamente la palabra alergia proviene del griego allos ergos y significa otros efectos, o sea otros efectos de las homotoxinas en los diferentes tejidos. Estos efectos generalmente resultan de los daños sobre ciertas enzimas. Estos ocurre por ejemplo, al tratar una gripe con sulfonamidas, antibiológicas, ácidos acetilsalicílicos y otro tipo de medicamentos de grueso calibre. Las homotoxinas cuya detoxicación y eliminación natural han sido bloqueadas, permanecen en el organismo y producen otro tipo de síntomas según el tejido al cual hayan invadido al bloqueárseles su vía natural de detoxicación. Estos nuevos síntomas no parecen relacionados con la enfermedad inicial, o sea con la gripe. Esto obviamente dará lugar a que se acuda a un especialista diferente, el cual a su vez, prescribirá otro tipo de medicamento acorde con la parte del cuerpo a la cual le haya dedicado su labor médica. En realidad lo que está sucediendo, es que nos la estamos viendo con los mismos agentes invasores, pero disfrazados cada vez en forma diferente, debido a nuestra acción bloqueante.


Las conexiones entre las diferentes fases de la enfermedad, las cuales se siguen unas tras otra durante períodos variables de tiempo, en vicariaciones progresivas y regresivas, no son de ninguna manera fáciles de identificar, sobre todo si se tienen en cuenta las fases vicariantes de tipo regresivo, o sea las biológicamente favorables.


A través de largos años de observación y tratamiento de enfermedades he encontrado una manera para explicar las conexiones entre las diferentes fases de la enfermedad. Siguiendo un curso inductorio, extraordinariamente instructivo, sobre terapia homeopática y sobre la preparación de remedios homeopáticos en Berlín en el año 1932, pasé de la clínica directamente al trabajo médico práctico. Desde ese tiempo he empleado solamente remedios homeopáticos. Me asombró en aquel entonces de ver que, aun cuando existían muchísimos casos de neumonía resultantes de las complicaciones debidas a la gripe, no se moría la gente afectada por dicho mal. estos caos fueron tratados exclusivamente con remedos homeopáticos, tales como phosphor a la D5, aconitum a la D4 y también bryonia a la D4 (esta última solamente en casos de pleuresía). El tratamiento clínico convencional de la época consistía en altas dosis de pirazolonas (5 gramos diarios) de acuerdo a Schottmueller, inyecciones de cámfora y de digitalis, para contrarrestar la distrofia del musculo cardiaco. A pesar de ésta terapia considerada como muy efectiva, se alcanzó a contabilizar alrededor de un 15% de muertes.


Como precaución contra la posible distrofia cardiaca yo también ordenaba inyecciones de cámfora y de digitalis para mis pacientes. Pero no tuve ni un caso de muerte tratando con los remedios homeopáticos. NO me detuve demasiado a pesar de ello en aquel entonces, no hasta que muchos años después desarrollé la homotoxicología (1948) y me pude explicar esas conexiones,


La neumonía es una inflamación y como tal, en la homotoxicología, es una fase de reacción. Ella se reconoce como una exudación dentro de los pulmones. En ese momento, la presencia de neumococos en el esputo es normal. El verdadero trabajo del neumococo, el cual consiste en disolver los productos de secreción condensados en los pulmones, es posterior. El neumococo produce grandes cantidades de le enzima llamada hialorunidasa. Los productos de excreción de los pulmones son un excelente medio de cultivo para el neumococo. Este proceso tiene una marcada importancia biológica. Sin la enzima hialorunidasa producida por el neumococo, la disolución de la exudación se haría absolutamente imposible.


Podemos darnos cuenta que todas estas reacciones están bien orientadas hacia una meta y sirve de coadyuvante para la curación de la neumonía. Si los neumococos son destruidos por la efectivísima acción de los antibióticos, no pueden ellos completar su misión, cual es la de disolver la sustancia exudada. Esta persistirá entonces durante meses, incluso años y puede eventualmente conducir a la formación de un cáncer (como en el caso del Rey inglés Jorge VI en 1952). EL tratamiento a base de sulfanamidas y antibióticos, generalmente combinado con otra gama de remedios químicos presenta un grave peligro biológico porque interrumpe la reacción natural del enfermo hacia una meta biológica bien orientada (es decir, con intencionalidad teleológica). meta natural que busca el organismo que no haya sido privado de sus capacidades intrínsecas de defensa, es la de detoxicar y la de eliminar las toxinas invasoras. En el caso de neumococo, vemos como éste, por frustración medicamentosa , no pudo llevar a cabo la tarea para la cual la naturaleza lo ha programado en forma absolutamente biológica. Según la homotoxicología, la neumonía, como lo hace toda enfermedad, sirve a la detoxicación y eliminación de homotoxinas. En este caso que nos ocupa, la neumonía fue posterior a una gripe, cosa que ocurre con muchisima frecuencia. Para fines comparativos permítaseme anotar que un conejo sumergido en agua helada durante un minuto, desarrollará una neumonía experimental en forma instantánea.


El proceso natural de curación se manifiesta siempre a través de una vicariación regresiva. Todos los remedios que apoyen estas tendencias de vicariar regresivamente y que aceleren las reacciones biológicas durante la enfermedad hacia un tránsito regresivo, son terapias biológicas. Los remedios homeopáticos estimulan especialmente los sistemas de defensa y apoyan el desarrollo natural de la enfermedad acelerando constantemente el proceso curativo normal. La meta consiste en que. p.e., los abscesos y supuraciones se hagan blandos y la pus sea expelida. Este tipo de vicariaciones regresivas se podría alcanzar utilizando Hepar Sulphuris a la D4 y Mercurius Solubilis también a la D4.


En el asma se presenta un trastorno en la detoxicación de la histamina, probablemente de la histaminasa o de las otras enzimas compensatorias, como por ejemplo la monoaminooxidasa. Primero observamos una disnea, reconocida esta como una fase de impregnación; luego el organismo intenta disolver la fase de impregnación dentro de una fase de reacción posteriormente a la fase de excreción, o sea a la expectoración. En el esputo encontramos entonces la histamina como homotoxina responsable de las respectivas fases.

La homotoxina histamina da lugar a diversos síntomas, a saber: primero una disnea asmática comprometiendo el tejido simpáticodermal y al endodermal; luego sigue una bronquitis asmática afectando el endomermo y el mesenquima adyacente; finalmente viene el esputo con la consiguiente expulsión de la homotoxina histamina a través de las membranas mucosas. Sobre la base de tan diferente sintomatología nos damos cuenta que los diferentes tejidos tienden a reaccionar  en forma diferente ante la misma homotoxina, en este caso ante la histamina.


Las ventajas de una terapia biológica sobresalen aún más, cuando se les compara con los daños que se inducen terapéuticamente al tratar por ejemplo, una tonsilitis con remedios alopáticos. Como complicaciones, es decir, como vicariaciones progresivas, empiezan a aparecer enfermedades secundarias en diferentes tejidos. Algunas de ellas pueden ser, por ejemplo: poliartritis, nefriris, eritema exudativo multiforme, cuadros de epilepsia, debilidad, asma, daños a hígado, diabetes, esclerodermia, sarcoma, daños al músculo cardíaco, agranulocitosis, leucemia, artrosis, alubuminuria, nefrosis, etc., etc.


Luego de suprimir químicamente una gripe pueden aparecer: una endocarditis, nefritis, pleurits, también sicosis, úlcera gástrica, asma, daños al hígado, o las llamadas anemias post infecciones.


Toda infección tratada con remedios químicos, incluyendo las infecciones bacterianas, deja tras de sí la mayoría de las veces, una tendencia vicariante progresiva, así como otra serie de daños más o menos visibles. Algunos de estos daños aparecen en forma de lesiones latente en órganos y tejidos exteriorizándose en fases de impregnación. La diabetes latente y los daños hipotalámicos que se caracterizan por insomnio y ocasionalmente, por causar disturbios de la conciencia y alteraciones psíquicas, son  un ejemplo de lo que hemos denominado daños latentes. Estos últimos trastornos, las alteraciones psíquicas, pueden resultar en un cambio total del carácter y llevar inclusive a degeneraciones que desembocan en comportamientos de tipo criminal.


Es bien sabido que las drogas alopáticas dan origen a un cierto número de efectos colaterales. es por esa razón que la Comisión Alemana de Medicinas (D.A. 1972, páginas 139-140) recomendó que aquellas drogas con claros efectos colaterales sólo deben ser utilizadas, cuando no puede ser Alcanzado el mismo efecto terapéutico a través de medicamentos más seguros o menos nocivos.


El que una enfermedad haga su tránsito de una fase a otra u otras, mediante los llamados efectos vicariantes, no es nada raro, sino que ocurre en la mayoría de las veces. Es por esa misma razón que la enfermedad debe ser definida y analizada como el tránsito de toxinas de un tejido embriológico a otro.


A la supresión de un excema pueden aparecer diversas enfermedades como reflejo de vicariaciones progresivas en diferentes tejidos, disfrazándose sucesivamente a través del tiempo como un asma, un espasmo del píloro, una hepatoppatía, angina pectoris y luego un cáncer de estómago. El decurrir vicariante de la supresión de un excema a base de ungüentos comunes (químicos). La aplicación del ungüento sobre la piel del paciente se hizo apenas durante tres días. Estos ungüentos usualmente contienen fuertes y efectivas carcinotoxinas, benozopirenos y otras homotoxinas.


Estas mismas enfermedades pueden ser conducidas a su curación vicariando regresivamente hacia su estado inicial o mejor dicho, hacia la enfermedad anterior. Es esto precisamente lo que se busca con una vicariación regresiva.


Antes de entrar a analizar las reacciones químicas que producen las homotoxinas en el organismo, permítaseme definir las diversas homotoxinas internas y externas que normalmente activan las defensas del cuerpo. Vuelo a repetir que estas reacciones que son absolutamente biológicas son las que nosotros llamamos enfermedades.


La mayoría de los efectos homotóxicos dependen del volumen o de la cantidad de homotoxina que haya ingresado al cuerpo o que estando dentro del mismo, se haya activado. Hay otro tipo de homotoxinas, como las carcino toxinas y las su toxinas (las toxinas propias de la carne de cerdo) que tienen un efecto acumulativo. Esto quiere decir que solamente iniciarán su actuación tóxica una vez que hayan logrado acumularse hasta cierto volumen o cantidad.

Todas las homotoxinas producen el fenómeno del efecto revertido (Ley de Arnd Schultz). Precisamente esta propiedad es la que juega un papel terapéutico importante en la medicina tal como se comprobó y corroboró recientemente mediante experimentos radiológicos. Una vez más se constató la efectividad y bondad de este principio terapéutico. Venenos generalmente reconocidos como tales, por ejemplo, el fósforo, el mercurio, el arsénico, etc. , han demostrado tener grandes efectos homotóxicos.


En los últimos años ya se le ha empezado a prestar atención a los venenos contenidos en los alimentos tales como los aditivos químicos colorantes, preservativos, etc



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