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La Gelosa


HALLAZGOS POR PALPACION, CAMPOS DE INTERFERENCIA Y ALTERACIONES  ESTATICAS EN EL REUMATISMO DE PARTES BLANDAS. DOCTORES GERMAN Y J.A. DUQUE MEJIA, JULIO CESAR PAYAN Y OSCAR CORREA.


Bajo el concepto de reumatismo muscular se cobijan comunmente todos los proceso reumáticos que se presentan en regiones distantes de las articulaciones. Estos procesos pueden ser de diversas índole, y pueden presentarse en cualquier parte de la estructura muscular y del tejido conectivo subcutáneo. Fuera del dolor subjetivo, a nivel local, debe atenerse el médico al hallazgo objetivo por palpación, como indicador de gran importancia para el diagnóstico.


La formación de gelosas en el reumatismo de partes blandas es un síntoma paralelo en todo proceso dirigido por el vegetativo. Estas formaciones de gelosa aparecen en forma local, pero pueden también hacer su aparición en las zonas reflexológicas o zonas reflejo. Por desgracia este tipo de hallazgos por palpación ha caido en el olvido de la medicina. El término “gelosas” y de lo que ellas se pueda derivar, le es muy familiar a los masajistas, más no a los médicos.

Aquellos números y abombamientos que aparecen en el tejido y que conocemos como gelosas, son sitios extremadamente efectivos [para la terapia que hacemos en Los Robles.


Frecuentemente aparecen las gelosas con sólo pincharlas o inyectarlas. Con ellas desaparece el dolor y retorna la motilidad. Aquí vale la pena recalcar que la presencia de focos en dientes, en tonsilas, senos paranasales, o de campos de interferencia en sentido neural terapéutico según Huneke, pueden impedir una genuina y permanente curación si no se les elimina con la terapia adecuada. Cabe agregar que las malposiciones de tipo esteatico, provenientes por ejemplo de causas psico-somáticas, pueden ser las causantes y alimentadoras de procesos reumáticos en partes blandas (ubicación del hombre ante su medio, ante su trabajo, ante sus familiares,etc.)


EL HALLAZGO POR PALPACION


Los siguientes factores deben ser tenidos en cuenta al efectuar la palpación de zonas gelosas:


1.- Toda la superficie que va a ser sometida al exámen de palpación debe afeitarse y engrasarse previamente. Solo así puede obtenerse una clara “sensación palpable” de la dimensión del terreno geloso o gelatico. La diferencia entre una palpación bajo aceite o grasa y una palpación a secas, es tan grande, que con una persona que afirme poder palpar las gelosas sin aceitar previamente, no se puede ni debe discutir.


2.- En una superficie debidamente aceitada o engrasada aparecen muchos más nudos y abombamientos que en una piel seca, donde solo aparecen la “myogelosas” en forma aislada.


3.- La palabra “myogelosas” (mys = músculo) se presta a confusiones, puesto que los nudos gelosos palpables no pertenecen al tejido muscular, sino al tejido conectivo blando, a la ya conocida “formación básica vegetativa” de Pischinger. Estas pueden confundirse con zonas de “endurecimiento muscular”. ( véase en F. Hartmann y Vogel). Las gelosas son la típica expresión de un bloqueo del sistema mesenquímico de regulación básica y llevan a una “regulación fallida fija”, tal como lo expresara H. Storck. Esta regulación fallida fija puede también exteriorizarse como un reumatismo de partes blandas.


4.- Los nudos gelosos palpables en el mesenquima subcutáneo no representan tumoraciones o asentamientos genuinos. Se trata de formaciones fácilmente reversibles que desdaparecen por “fenómeno de segundos”, o disminuyen notablemente de tamaño, si les pincha, bien sea con una aguja metálica (Pirlet) o si se les inyecta con una solución procaínica o con cualquier otra solución no lesiva del tejido, como por ejemplo con complejos homeopáticos.


Muchas veces  basta pinchar la piel sobre el nudo geloso con una aguja de acupuntura o con una aguja de inyección común y corriente, o bien poner una pápula, para hacer desaparecer una gelosa en la profundidad del tejido conectivo. El acupuntor principiante podrá así observar el efecto de la aplicación de su aguja de acupuntura. El fenómeno de la súbita desaparición de la gelosa después de la inyección en la piel, puede ayudar a explicarnos el porqué un hallazgo tan evidente en la contextura de tejido  ha sido y sigue siendo negado por la patología y no ha podido encontrar ningún hallazgo su sitio en el concepto médico: la gelosa en sí no representa ningún hallazgo desde el punto de vista histo-morfológico, puesto que si desaparece con sólo pincharla es obvio que no queda nada de ella al intentar su exscisión.


El masaje del tejido conectivo según Dicke es otro, que por no encontrar las gelosas, asume la fácil posición de negarlas. La razón es muy sencilla: la técnica lineal del masaje utilizado por Dicke no permite el empleo de aceites. Además, la palpación correcta de las gelosas se le dificulta a muchísimos colegas, puesto que nosotros los médicos durante nuestra formación, nunca tuvimos la oportunidad ni la obligación de participar en cursos sobre técnicas de masaje. Es por esta razón que las gelosas se nos presenta como una jurisdicción a la cual creemos no tener acceso.


H. Schade acuñó en 1.919 el concepto de gelosas y las definió de la siguiente manera: “la gelosa es la expresión de una daño en la normal fluidéz coloidal del protoplasma”. En otras palabras, se trata de una formación de los coloidales del protoplasma de un estado soluble  (sol) en una sustancia más firme o gelatinosa (gel). De allí el nombre de gelosa. Debe tratarse de una fijación de potenciales energéticos en el tejido, los cuales se metabolizan rápidamente al sentir el pinchazo con aguja metálica.


5- La formación de gelosas la encontramos con mucha frecuencia en las llamadas zonas de reflejo, las cuales no son conocidas por el masaje del tejido conectivo según Dicke. A través de los nudos gelosos tenemos la oportunidad de poder llevar a cabo una muy certera reflexoterapia. Para diferenciarla de la acupuntura china se la ha denominado gelopuntura. Las técnicas del Baunscheidtismo reposan sobre principios similares, sólo que éstas emplean algún tipo de estímulo inflamante para lograr una derivación por piel.


En el contexto de las ideas expuestas creo que no es correcto hablar del segmento. El segmento y las zonas de reflexología son entes muy diferentes. Cada fascículo al penetrar por su respectivo agujero intervertebral, tiene una determinada zona donde ejerce su influencia. El segmento es precisamente el que señala y delimita  esas zonas de inervación. Las zonas reflejo tiene, en sentido de reflejos viscerocutáneos, un alcance que va mucho más allá del segmento mismo. Es así como las zonas reflejo de la cabeza pueden extenderse hasta la región lumbo-sacra; las del corazón hasta el brazo izquierdo, etc.


De las zonas hiperalgéticas de la piel según Head y de las zonas musculosas según Mac Kenzie, debemos pensar ahora en las zonas reflejo en el tejido conectivo (Dicke y Leube, Hansen, von Staa, Dittmar). Este tejido conectivo, en su importantísimo papel de sistema básico vegetativo, -mesenquímico de Pischinger-, nos ofrece un punto de acceso muy efectivo para la terapia no sólo del reumatismo de partes blandas, sino de muchísimas otras enfermedades.


6- Estos nudos gelosos, de contextura sólido-elástico, suelen encontrarse por cantidades en tamaños que van desde una lenteja hasta una cereza. Siendo que estas formaciones son susceptibles de desintegrarse con una fuerte presión digital, podemos tratarla en forma manual o mecánica. Max Lange bautizó a este procedimiento gelotripsie, mediante el empleo de una especie de madera para masajes. Como la técnica de “pasear” una arruga por todo el terreno geloso (una especie de Pétrissege también conduce a la disolución de las formaciones gelosas y de los abombamientos, hemos desarrollado una forma de masaje denominada masaje de gelosas. Esta técnica fue bien recibida por los masajistas profesionales, y en la Baja Sajonia se le reconoce aún por las Cajas de Seguridad. Se puede asumir que el drenaje linfático de Vodder es una especie de masaje de gelosas. Mediante esta técnica consistente en masajear las vías linfáticas, se desintegran también acumulaciones de potenciales energéticos existentes en el tejido.


Para saber que papel juega la gelosa en el suceso vegetativo hay que tener en cuenta que los nudos pueden tener una ubicación topográfica muy variada. Unos se encuentran directamente encima del músculo, lo que muchas veces nos lleva a pensar en endurecimientos musculares o “myogelosas”.


Existen relaciones reflejas con :


a) Piel

b) Un punto específico situado por encima de la gelosa. Es precisamente este punto el que se pincha en la gelopuntura,

c) La musculatura, y

d) La médula y los órganos internos. Esta relación refleja se lleva a cabo muy posiblemente a través de la piel (zonas de Head) y talvez también de la musculatura (Mac Kenzie).


Nosotros nos imaginamos a la gelosa como una especie de transmisor de interferencias: la sensibilidad de la piel se ve alterada. El tejido cutáneo y subcutáneo de la células se torna duro. (Las gelosas se ocultan bajo la distensión del tejido). La musculatura cambia de tono, el órgano interno correspondiente, o la articulación empiezan a recibir recargas irritantes. En resumidas cuentas todo se torna “neurótico” y se impide la tarea de adaptación.


La aparición de zonas gelosas, a nivel local o en zonas reflejo, es una inevitable patología colateral de todos los quebrantos de salud, en los cuales se está frente a un bloqueo de las regulaciones básico-vegetativas en el mesenquima. El diagnóstico nos dice que la presencia de zonas gelosas es la expresión típica de un cuadro patológico producto de nuestra “elevada civilización”. Muchísimas veces le da a uno la impresión de que es el tejido superficial el que primero enferma, debido a daños metabólicos o a sobrecargas locales. Pero son los órganos internos correspondientes los que reciben las sobrecargas irritativas por la vía del reflejo cuti-visceral. Resultado final: patologías diversas a nivel de los órganos correspondientes.


Este cuadro es muy común en el terreno de la nuca y de los hombros. El corazón, la tiroides y los órgano9s de la cabeza empiezan a ser irritados a través del mesénquima de sus respectivas zonas reflejo. Como responsables se acusa siempre a la columna cervical. Esta se encuentra también irritada en sus músculos intervertebrales y puede aliviarse fácilmente por medio de movimientos chiroprácticos.


En los casos de reumatismo de partes  blandas hemos encontrado que la mejor y más efectiva terapia se lleva a cabo a través de las gelosas. Al desaparecer éstas desaparecen las molestias, siempre y cuando hayamos eliminado los posibles campos interferentes en el sentido de Huneke.